jueves, 1 de marzo de 2007

Respuestas que cambian una noche

Estaba sólo. Era de noche y él hacía lo que hacía todas las noches. Estar acostado sin dormir. Él siempre dice que estar acostado no equivale a dormir. No era insomnio, no era falta de sueño. Siempre estaba cansado, pero siempre con los ojos abiertos. Todas las noches iugal.

Como no podía dormir, escuchaba la radio. Buscaba entrenenerse, intentar iniciar una evasión que le hiciese huír de aquel flujo de pensamientos. Pero no podía. Al menos, las voces que escuchaba en la radio, contaban penas y alegrías dignas de ser escuchadas. Pequeñas historias, casi siempre inconexas, separadas por una voz siempre femenina y por buena música. Todas las noches igual.

Decidió que iba a dormirse, a intentar que las espuelas que le clavaban aquellos pensamientos aflojaran su pertinaz presencia. Apagó el mp3. Vió la hora en el móvil. Tarde. Éste vibró. No emitió ningún sonido porque el silencio estaba puesto para no despertar a sus padres. La tercera vibración en su mano seguida indicaba que era un mensaje. De élla. Decía "Te quiero... ya tienes tu respuesta. He cortado con él... por ti... te quiero muchísimo... hablamos mas tarde... te quiero." Lo leyó, lo comprendió, lo vió, lo interpretó. Todo sin ningún orden concreto, sin nunguna razón. Ya tenía su respuesta. Había ganado. Todo acabó y entonces iba a empezar algo nuevo. Un punto y a parte que iba a dar a otro párrafo nuevo y alentador.

Por eso esa noche no fue igual a partir de ese instante. Nada sería igual a partir de ese instante. Pero lo que él no sabía era que eso era verdad. Una verdad cruel y desconcertante. La vida le deparaba algo nuevo, pero mas crudo y duro de lo que él, en ese instante, esperaba. Pero eso no lo sabía. Era tarde y no quería despertar a sus padres. Hablaría con ella al día siguiente. El flujo de pensamientos cesó y porfín pudo dormir. Ya tenía su respuesta.

Canción: Vermillion, Part 2 - Slipknot

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